Stanley Kubrick: las tres obras que tenés que ver sí o sí

En el 25 aniversario de su fallecimiento, elegimos las películas que engloban sus últimos 30 años de carrera.

Por Sara Fernández

Stanley Kubrick: las tres obras que tenés que ver sí o sí

Stanley Kubrick no fue un buen estudiante en la escuela, faltaba a clase casi siempre y sus notas eran un desastre. Su enfoque siempre estuvo en la cultura y llenaba sus horas del día yendo al cine y visitando exposiciones de arte. Más adelante, se apasionó por la fotografía, rama que supo explotar al trabajar para la revista Look. La música y el ajedrez también formaban parte de su vida, algo que en el futuro se vio reflejado en su amplia filmografía

A principios de los años 50’s, Kubrick de 23 años incursionó en su primer proyecto de cine: “Day of the Fight, sobre el boxeador americano Walter Cartier para la revista que trabajaba. El documental fue financiado por él mismo y el equipo con el que filmó fue alquilado. La repercusión fue buena y la compañía cinematográfica RKO decidió comprar la película para incorporarla en la serie “This is America”, proyectada en un teatro de Nueva York. Contentos con el trabajo del joven director, RKO le adelantó dinero para que realizara otro documental. De allí en más, Stanley dejó de trabajar para las editoriales y se lanzó a filmar cine de lleno

“La naranja mecánica” (1971)

Con más de 10 producciones en su haber, en 1971, el guionista nacido en el Bronx, estrenó la película “La naranja mecánica”. En su póster, la historia basada en la novela del británico Anthony Burgess, rezaba: “Las aventuras de un joven cuyos principales intereses son la violación, la ultraviolencia y Beethoven”. 

Al principio del proyecto, Stanley Kubrick se mostró animado: “Estoy entusiasmado: el argumento, las ideas, los personajes y, por supuesto, el lenguaje”. Era la primera vez que el también productor escribía un guion en solitario (el tiempo que le tomó hacerlo fue de cuatro meses) y el rodaje comenzó en octubre de 1970, culminando en marzo de 1971.

Stanley Kubrick utilizó la camara Arriflex (35 mm) para filmar “La naranja mecánica”

Kubrick empleó a menudo una cámara manual —una Arriflex (35 mm)— para poder acercarse a una distancia de dos metros a los actores y de esta forma transmitir una impresión sorprendente de su proximidad física. El director, también se sirvió de técnicas experimentales muy poco habituales en sus otros trabajos, como por ejemplo la escena de la orgía, que se rodó durante 28 minutos a dos exposiciones por segundo, lo que resultó en apenas 40 segundos en la pantalla y, a la inversa, la pelea de Alex y sus drugos, que se filmó a cámara lenta.

Con la ayuda de micrófonos en miniatura que los actores llevaban en la ropa, Stanley grabó sonidos en directo y fue el pionero en utilizar un nuevo sistema Dolby en la posproducción para reducir o eliminar los sonidos indeseados.

Stanley Kubrick: las tres obras que tenés que ver sí o sí

El actor británico Malcolm McDowell interpretó a Alex, el protagonista de “La naranja mecánica”

“La naranja mecánica” es, de todos los filmes del guionista, el más vinculado a la época en que tiene lugar, con sus modas, inquietudes y preocupaciones sociales y políticas. Además, de todas las películas que rodó en Gran Bretaña, era casi la única con un trasfondo cultural 100 % inglés.  

Stanley Kubrick logró adaptar con éxito la narración de Burgess a través de su gran inventiva visual, que convierte a “La naranja mecánica” en una creación única y personal. Desde este punto de vista, la elección de Malcolm McDowell como el protagonista fue vital, puesto que colaboró activamente con el director tanto en el estilismo del film como en la improvisación de diálogos en el plató

Stanley Kubrick: las tres obras que tenés que ver sí o sí

McDowell y Kubrick en pleno rodaje del “tratamiento Ludovico”

Ambos forjaron una profunda amistad a pesar de que el rodaje resultó muy duro para McDowell. En primer lugar, se lesionó la córnea en la escena en que un médico le administra colirio durante el tratamiento Ludovico: “Malcolm tuvo que armarse de valor y recibir anestesia local para poder llevarlo. Puedo asegurarle que no le gustaba lo más mínimo, y lo cierto es que la escena nunca salía bien a la primera. Al final de la filmación tuvo que enfrentarse de nuevo a la tortura. Era necesario. De lo contrario, la escena no habría sido creíble”, contó Kubrick en una entrevista en 1972. Mientras que el protagonista se lo tomó con gracia años después: “Todo sea por el arte” (2001). También, Malcolm McDowell se rompió las costillas en la lección de “reeducación” pública y estuvo a punto de ahogarse cuando le obligaron a permanecer bajo el agua durante demasiado tiempo. 

Stanley Kubrick: las tres obras que tenés que ver sí o sí

Uno de los pósteres que realizó el británico Philip Castle para el estreno de “La naranja mecánica” en los cines

“La naranja mecánica” ya venía con malas críticas desde que se había lanzado el libro en 1962, por su alto contenido violento que además tenía tintes autobiográficos de Anthony. El estreno de la película no iba a resultar distinto. Las consecuencias superaron a la ficción y comenzaron a salir noticias de grupos criminales inspirados en la historia, ocasionando amenazas para el propio Stanley, quien inmediatamente retiró el film del cine

Después de más de un cuarto de siglo, en el 2000, “La naranja mecánica” se reestrenó, pero las críticas nuevamente estuvieron divididas: “¿Cómo es posible que siga hablándose de la deslumbrante brillantez de ciertas películas sin darse cuenta de que los directores pretenden seducir a los gamberros que van a verlas?”, escribió en su crítica Pauline Kael en el New Yorker. 

Si bien “La naranja mecánica” fue nominada a varios premios, no ganó ninguno. Pero hacia 1979 su recaudación alcanzaba los 40 millones de dólares, superando el presupuesto que fue casi de dos millones. Pese a todo, Stanley Kubrick fue consolidado como uno de los grandes directores de su época que inspiró a las siguientes generaciones: Francis Ford Coppola, Martin Scorsese y Steven Spielberg, entre otros. 

Algo llamativo de toda esta historia es que Kubrick y Anthony Burgess hablaron por teléfono sólo una vez al momento de llevar a cabo el rodaje. El resultado del film fue muy acertado, casi idéntico al libro de su creador. Excepto por escenas y frases que se incluyeron, como por ejemplo cuando el protagonista interpreta “Cantando bajo la lluvia”

Stanley Kubrick: las tres obras que tenés que ver sí o sí

Otro de los pósteres que realizó Philip Castle

Después de todo, el guionista se cansó de brindar entrevistas y en muchas oportunidades se defendió de la gente que quería emparentarlo con el personaje principal. Básicamente, Stanley se hartó de intentar explicar su obra maestra y dejó de dar reportajes al respecto

Cerramos su etapa de los 70’s con una frase que define muy bien lo que el director quiso transmitir: “El hombre tiene que decidir si quiere ser malo o bueno, aunque decida ser malo. Privarle de su elección es reducirle a un estadio inferior al humano, a una naranja mecánica” (entrevista brindada en 1972 a la revista británica Sight and Sound).

“El resplandor” (1980)

En 1977 salió a la luz “El resplandor”, la tercera novela del aclamado escritor y rey del terror Stephen King. La historia era la siguiente: 

Jack Torrance es un hombre que se muda con su familia a un hotel aislado que debe cuidar, con la esperanza de salir del bloqueo creativo de su escritura. Mientras Jack no puede escapar del bloqueo, las visiones psíquicas de su hijo van en aumento.

Stanley Kubrick había recibido un borrador del libro antes de que fuera publicado y modificó varias cosas para amoldarlo a una versión cinematográfica. La co-guionista de la película, Diane Johnson, comentó en su momento al New York Times que Kubrick veía “un cierto reto intelectual en el hecho de hacer bien una película de terror”. El director confirmó su entusiasmo: “Pensé que era la historia más ingeniosa y fascinante que había leído de ese género”.

Si bien King había escrito su propia versión del guion para el film, Stanley no quiso que el autor participe del proceso de adaptación y trabajó mano a mano con Johnson. A pesar de que habían hecho un guion digno en principio, cuando comenzó la filmación todo era reescrito en el día a día, mediante correcciones en la máquina de escribir. Todo aquello implicó que los actores (encabezados por Jack Nicholson y Shelley Duvall) tuvieran que aprenderse el guion nuevamente cada día. Algo de esto puede verse en el documental “Cómo se hizo El resplandor”, de Vivian Kubrick (la hija menor del guionista).

Stanley Kubrick: las tres obras que tenés que ver sí o sí

Shelley Duvall, Danny Lloyd y Jack Nicholson encarnan a la familia de “El resplandor”

Desde el principio, Stanley Kubrick se imaginó a Nicholson en el papel de Jack Torrence. Se habían conocido unos años atrás y el director había declarado que era “uno de los mejores actores de Hollywood”. Con respecto a Duvall, Kubrick había visto todas sus películas y la vio creíble como “el tipo de mujer que se casaría con Jack y le aguantaría”. 

Para el personaje de Danny, el guionista no quería a un niño profesional, así que tras un gran casting realizado en tres ciudades, Danny Lloyd quedó y fue la única película que filmó el resto de su vida. Para el papel de Hallorann (el jefe de cocina del Hotel Overlook que se comunica telepáticamente con Danny), Jack fue el encargado de recomendar a Scatman Crothers (con quien había trabajado en varios filmes). En una entrevista del documental de Vivian, Crothers se mostró conmovido por toda la experiencia: “Le agradezco al Señor por haber trabajado con gente maravillosa. Nunca olvidaré esto”, dijo entre lágrimas.

Stanley Kubrick: las tres obras que tenés que ver sí o sí

Stanley Kubrick en plena grabación de “El resplandor” con la steadycam

El rodaje estaba programado para 17 semanas, pero se alargó 14 meses. Fueron al menos 200 días de filmación, con un presupuesto de entre 13 y 19 millones de dólares

“El resplandor” fue la primera película en la que se hizo un amplio uso de la steadycam. Stanley descubrió el efecto de esta nueva tecnología y lo utilizó para la escena del laberinto: “Los movimientos fluídos y rápidos no hubiesen sido posibles sin una steadycam“.

Stanley Kubrick: las tres obras que tenés que ver sí o sí

Postal publicitaria de “El resplandor” con el diseño de Saul Bass

Después del estreno de “El resplandor” se eliminaron 30 minutos de metraje, por supuesto, bajo las órdenes del director. El póster, realizado por el legendario Saul Bass, anunciaba lo que ibas a ver: “Una obra maestra del terror moderno”. Así, con ese gran título, el film se coronó como el mayor éxito comercial de Stanley Kubrick (con 30, 9 millones de dólares de beneficios).

“‘El resplandor’ puede que sea la primera película que hace brincar al público con un título que simplemente te dice ‘martes’” (escribió Janet Maslin, del New York Times), fueron algunas de las críticas hacia el film que uno puede ver más de una vez en su vida y sentir que lo ve por primera vez.

“Ojos bien cerrados” (1999)

Eyes Wide Shut” (su nombre en idioma original) fue el último trabajo cinematográfico de Stanley Kubrick y está basado en la novela “Relato soñado”, del vienés Arthur Schnitzle, de 1926. 

Desde los años 60’s que el guionista venía con la idea de rodar “una historia contemporánea que realmente refleje la época, tanto psicológica como sexualmente” y 30 años después logró llevarlo a cabo. 

Stanley Kubrick: las tres obras que tenés que ver sí o sí

Las actrices, ocultas tras una máscara, se tapan entre toma y toma de “Eyes Wide Shut”

“Ojos bien cerrados” trata sobre William Harford (Tom Cruise), un respetable médico neoyorquino cuya vida parece ir muy bien: está casado con una preciosa mujer (Nicole Kidman), tiene una hija y un trabajo que le gusta. Pero, al día siguiente de asistir a una fiesta, su esposa Alice le habla de unas fantasías eróticas y de cómo estuvo a punto de romper su matrimonio por un desconocido. Abrumado por esta confesión, acaba entrando en un local, donde un antiguo compañero le habla de una congregación secreta dedicada al hedonismo y al placer sin límites. A partir de entonces un mundo dominado por el sexo y el erotismo se abre ante él.

Diferente a “El resplandor”, en esta oportunidad Kubrick fue 100 % fiel al libro, sobre todo en la escena de la orgía

Stanley Kubrick: las tres obras que tenés que ver sí o sí

Tom Cruise, Stanley Kubrick y Julienne Davis (como el cadáver) junto al director de fotografía Larry Smith

Al momento de elegir a los protagonistas, Cruise ya era un actor consagrado (venía de haber hecho “Entrevista con el vampiro”, 1994), pero lo que el director buscaba era un matrimonio real y el binomio “Tom y Nicole” era perfecto. Ambos intérpretes firmaron contratos abiertos según los cuales aceptaban trabajar en la película hasta que Stanley decidiera estrenarla, por mucho tiempo que transcurriera.     

Finalmente, la filmación comenzó en noviembre de 1996 y terminó el 31 de enero de 1998. Con 52 semanas de rodaje, “Ojos bien cerrados” se convirtió en la grabación más larga de una producción de estudio y tuvo casi un año de posproducción. “Se toma el tiempo necesario. En el plató es muy relajado. Tiene un excelente sentido del humor. Existen muchas ideas equivocadas en torno a él”, expresó en su momento Tom Cruise. 

Stanley Kubrick: las tres obras que tenés que ver sí o sí

Cruise, Nicole Kidman y Kubrick en un descanso en medio del rodaje de “Eyes Wide Shut”

El 7 de marzo de 1999, cuatro días después de una sesión privada para su familia y actores de su último film, el guionista de 70 años murió de un ataque cardíaco mientras dormía. La versión de “Ojos bien cerrados” que se estrenó en todo el mundo es el montaje final de Stanley Kubrick, quien aseguró a sus más allegados que fue el mejor trabajo de toda su carrera

La película fue un éxito de taquilla internacional con una recaudación de más de 155 millones de dólares. “Ahora mi vida se divide en dos etapas, antes de ‘Eyes Wide Shut’ y después de ‘Eyes Wide Shut’, gracias a todo lo que Stanley me enseñó”, dijo Kidman en una entrevista para el documental “Stanley Kubrick: A Life in Pictures” en 2001.

Stanley Kubrick: las tres obras que tenés que ver sí o sí

Con estos tres filmes celebramos el legado de Kubrick, que sigue estando vigente y les regalamos una cita de Oscar Wilde que el cineasta evocaba a menudo: “La tragedia de la vejez no es que uno sea viejo, sino que sigue siendo joven”.

Podés ver “La naranja mecánica”, “El resplandor” y “Ojos bien cerrados” en Max (HBO). 

Agradecimiento especial a la Biblioteca Gòtic-Andreu Nin.

Sara Fernández

Periodista e investigadora cultural

https://www.instagram.com/sarolaok/
Anterior
Anterior

Bombshell: la historia de Hedy Lamarr

Siguiente
Siguiente

“Luces azules": una película LGBTIQ+ para reflexionar