Raffaella Carrà: La voz que ninguna fuerza pudo callar
A un año del fallecimiento de la cantante italiana, su energía sigue presente y nos recuerda la importancia de vivir sin prejuicios.
Por Paola Varela
“La libertad es una palabra que está muy presente en mi vida, en todos los sentidos”, afirmó Raffaella Maria Roberta Pelloni (mejor conocida en el mundo como Raffaella Carrà) en una entrevista con el conductor argentino, Jorge Guinzburg, allá por el 2005. Con estas pocas palabras se puede resumir perfectamente todo aquello que caracterizó su enorme carrera y lo que la diferenció de los famosos de su época.
Carrà fue también actriz, compositora, coreógrafa y conductora de televisión. Ella convertía las historias de amores en canciones que sonaban por Europa y Latinoamérica como himnos de felicidad. Para Raffaella, estar enamorada y vivir plenamente la sexualidad era siempre una fiesta; no tuvo pudor de hablar de temas tabú en tiempos de dictaduras, lo que la convirtió en un símbolo de emancipación.
La artista no se conformó con las imposiciones sociales y decidió que su vida estaría ligada al espectáculo desde muy joven; aún en contra de los deseos de su madre de verla “establecida” con un marido e hijos. El cine la encontró de casualidad cuando era muy chica y a los nueve años tuvo su primera participación en la película italiana “Tormento del pasado”.
En 1965, con sólo 22 años, Raffaella Carrà firmó un contrato con la empresa 20th Century Fox y se trasladó a Hollywood donde llegó a compartir set con Frank Sinatra en el film “El expreso de Von Ryan”; también actuó en un capítulo de la serie “I Spy”, protagonizada por Bill Cosby. Pero a pesar de las bondades del glamour, al poco tiempo decidió volver a Italia, ya que no se sintió cómoda con la vida de estrella cinematográfica.
La canción “Tuca Tuca” y un ombligo al descubierto fueron suficientes para meterse en el corazón del público italiano y ganarse la censura del Vaticano en 1970. Pero nada pudo detener la fuerza de su carisma. Carrà fue contratada por la compañía de radiodifusión pública de Italia (RAI) como conductora del programa “Canzonissima 70”, certamen que también encabezó en los años 1971 y 1974.
Entre 1984 y 2018, Raffaella publicó una innumerable cantidad de trabajos discográficos entre los que se puede nombrar ´82 (en español), Cuando calienta el sol, Le Piú Belle Canzoni, Che Rumba!, Fiesta y Ogni volta che è Natale. En marzo de este año, se lanzó un compilado con veinte de sus temas más conocidos llamado JOY y fue lanzado tanto en español como en italiano.
Los dotes como actriz y cantante no fueron el límite del talento de Raffaella Carrà. La nacida en Bolonia también tuvo un vasto desempeño como conductora y fue la cara de programas de televisión como “Pronto, Raffaella?” (1983-85), “Raffaella Carrà Show” (1988) y “¡Hola Raffaella!” (en su versión española, 1992-94), entre otras participaciones. Además, fue entrenadora en “La Voz Italia” entre los años 2013 y 2016.
El vínculo de Carrà con Argentina merece un capítulo especial, ya que fue el primer lugar de Latinoamérica donde triunfó, según reconoció la artista en varias oportunidades. Tan importante fue este amor por el país sudamericano que incluso soportó la censura del gobierno argentino en plena dictadura militar sobre su canción “Hay Que Venir Al Sur”, en la que modificaron parte de la letra.
También en este país, Raffaella fue protagonista en una película al estilo musical llamada “Bárbara” (1980), junto al actor argentino Jorge Martínez. Con un argumento muy poco creativo y un tanto forzado, el film contaba una historia de amor entre un misterioso heredero y una cantante famosa. Fue el último largometraje que grabó Carrà, que ya hacía tiempo se había alejado de su faceta de actriz.
En 1981, Buenos Aires fue una de las cinco ciudades que se convirtieron en el escenario del especial “Millemilioni”, un programa musical conducido por Raffaella Carrà y que se transmitió por el canal Argentina Televisora Color (ATC) en coproducción con la cadena televisiva italiana RAI.
No cabe duda de que la intérprete de “En el Amor Todo Es Empezar” fue una persona muy abierta, algo inusual para la época en la que brilló. Tuvo dos grandes amores, Gianni Boncompagni (que componía para ella) y Sergio Japino (quien había sido su coreógrafo). En aquella entrevista con Guinzburg, Carrà contó que los dos hombres se habían mudado a la misma cuadra en la que estaba su casa y que incluso habían trabajado los tres juntos.
La enorme libertad con la que la artista afrontó la vida sirvió como fuente de inspiración a la escritora italiana Marina Visentin, quien publicó en junio de este año el libro “Raffasofia”. Una obra por medio de la cual la autora describe a esta enorme mujer, la presenta como una “filósofa pop” que avanza sin prejuicios y que está abierta a la inclusión dentro de un camino a la felicidad.
Raffaella nació en 1943 mientras se desarrollaba la Segunda Guerra Mundial y tal vez, por haber crecido en este contexto, es que su espíritu la impulsó siempre a buscar la forma de estar en paz y con alegría. Entre el público todavía resuenan algunas estrofas que no permiten olvidar que “venceremos resistencias para amarnos cada vez más”.