Whitney Houston: a 10 años de su fallecimiento
Repasamos la carrera de la cantante estadounidense colmada por el éxito, los excesos y las especulaciones que hacen parecer que sigue con vida.
Por Lucho Dario
A Whitney Elizabeth Houston, más conocida en el mundo como Whitney Houston, la tildaron de no ser “lo suficientemente negra” para representar a su raza en la industria musical. Si bien fue la artista femenina más premiada en la historia de la música, era paria como afroamericana porque no bailaba, no tenía calle, no hablaba de la injusticia ni hacía declaraciones polémicas.
Esa imagen cuidada, cándida e impecable de Houston no sólo era motivo para que su propia comunidad la hiciera a un lado, porque con cada paso que daba (fuera o no en falso) estaba a merced de la abominable farándula. La misma, registró cada paso de la carrera de la cantante desde su debut en 1985 con el tema “Saving All My Love for You”, sus romances, los rumores sobre sus cambios físicos, su paso por la actuación y por supuesto, su muerte.
Pero si hacemos una breve recapitulación de la vida de Whitney, era inevitable que existiera ese montaje a su alrededor, ya que encajaba perfectamente en el guion de una biopic sobre aquella madre artista que encuentra en su hija el camino al éxito. Cissy Houston acompañó las rutas de Elvis Presley, Aretha Franklin y Jimi Hendrix como corista hasta que decidió hacer su propio camino en el soul y el gospel. Sin embargo, vio en su hija una grandeza musical superior y formó sus cualidades vocales desde muy chica, con una educación enfocada a la afinación y al manejo del público, subiendo en ocasiones juntas al escenario.
Así, Whitney Houston fue descubierta por Clive Davis (productor y fundador de Arista Records), en 1983 cuando cantaba en una discoteca de Nueva York. La firma de un contrato con el sello discográfico y la publicación de su primer sencillo “Hold Me (with Teddy Pendergrass)” un año después, serían los primeros pasos para que la oriunda de New Jersey se convirtiera en un ícono del pop a nivel mundial.
Llegaron entonces Whitney Houston (1985) y Whitney (1987), dos discos que significaron un inicio de lujo para su carrera: con el primero logró un récord de ventas de 22 millones de copias y con el segundo la fama internacional. Su propuesta sonora y poderosa voz vinieron acompañadas de una imagen cuidada, pulcra y delicada, contrastando con la percepción que se tenía de los negros en Estados Unidos. Con ese antecedente, Houston lanzó su tercer álbum titulado I'm Your Baby Tonight (1990), previo a comenzar un momento de su vida que le daría aún más exposición y fortuna, pero sobre todo problemas: la actuación.
La compositora entró a la década de los 90 con los dos pies en Hollywood y, como era costumbre, se encontró de frente al éxito. Su debut en el cine fue en 1992 junto a Kevin Costner como protagonista de “El Guardaespaldas”, una película romántica sobre una cantante muy famosa que se enamora perdidamente de quien la cuida. Aunque el film tuvo críticas negativas, la interpretación de la canción de Dolly Parton, “I Will Always Love You”, le dio a Whitney la masividad para pasar de ser famosa a ser trascendental.
En ese punto, rozando los 40 años, la también productora conoció a Bobby Brown, un cantante de hip hop que se convertiría en su esposo en 1992. Con él sí alcanzó la vida extrema llena de excesos que buscaban sus semejantes, al punto de pasar días fumando e inhalando drogas, viendo televisión y sin mencionar una palabra entre ellos, según comentó ella misma en una entrevista con Oprah Winfrey. El comportamiento de Whitney Houston se volvió cada vez más impredecible, llegando a cancelar shows en el último minuto.
Pasó un tiempo hasta que la cantante retomara el camino de la música y publicó los discos My Love Is Your Love (1998), Just Whitney, (2002) y One Wish: The Holiday Album (2003). Pero el problema de fondo no pareció solucionarse hasta que en 2007 Houston tomó la decisión de separarse de Brown, retomar las giras y entrar en rehabilitación al punto de nadar para reconstruir sus pulmones después de décadas de fumar.
Todo parecía en orden cuando en 2012 la compositora de “Queen of the Night” reservó una actuación de regreso en los premios Grammy. Pero trágicamente, Whitney se ahogó el día anterior a la ceremonia en su habitación del hotel Hilton en Beverly Hills (California) y fue encontrada en la bañera con una combinación de cocaína, cannabis y un cóctel de medicamentos recetados en su cuerpo.
Las especulaciones sobre la muerte de la artista continúan 10 años después, incluyendo giros argumentales, réplicas de la tragedia y hasta nuevos involucrados de su propio árbol genealógico que hacen parecer que continuara con vida y a Bobby Brown un mártir mediático.
Tras el fallecimiento de la única hija de Whitney Houston (Bobby Kristina Brown), a los 22 años por causas similares, su madre Cissy y su hermanos Michael y Gary Houston son los herederos de la fortuna de la cantante. Además, Michael confesó en una entrevista con Oprah Winfrey que fue él quien introdujo a Whitney en el mundo de las drogas y no Brown. Por otro lado, la íntima amiga de la compositora, Robyn Crawford, escribió una biografía (“A Song for You. My Life with Whitney Houston”) confirmando que ambas tuvieron un romance oculto durante años, develando así una supuesta homosexualidad reprimida por parte de Houston.
Esto último se entrelaza con el libro de Guerrick Kennedy llamado “Didn’t We Almost Have It All: En defensa de Whitney Houston”, en el que expone que para conectarse y encajar con la comunidad negra, la artista tuvo que casarse con Bobby para aparentar su solidaridad racial dándole impulso a la carrera de su marido.
El recuerdo de Houston sigue intacto y vigente. Lo vemos en cada película que tratan sobre ella, como la de Stella Meghie, directora de la biopic que está en etapa de post-producción “I Wanna Dance with Somebody”, protagonizada por la actriz británica de Star Wars, Naomi Ackie; en la foto de su baño cubierto de drogas en 2006, publicada por el periódico estadounidense National Enquirer y comprada por Kanye West en 85 mil dólares para usarla como portada del álbum Daytona (2018) para el rapero Pusha T; o a través del Instagram de Lorde posteando la foto de una bañera acompañada del texto: “And iii will always love you" (por la cual pidió disculpas y luego eliminó).
Sin embargo, la cantante de “I Have Nothing” podrá (tal vez) descansar en paz hasta que Bette Marshall (la fotógrafa que la siguió desde su primera actuación en directo de 1982 hasta 1986) publique su libro, o que la gran voz afroamericana de Broadway, Audra McDonald, protagonice el documental “Whitney Houston in Focus”.
El último disco lanzado de Whitney fue hace cinco años: I Wish You Love: More From The Bodyguard, un material especial de los temas de su película más famosa que incluye versiones en vivo. A pesar de toda la controversia alrededor de su historia y su triste fallecimiento, creemos que ya es hora de tenerla sólo en nuestros oídos.