Puerto Pollensa: Una canción que sin decir nada, dijo todo

Escrita por la argentina Marilina Ross y popularizada por Sandra Mihanovich, derribó barreras morales y se convirtió en emblema del amor libre. 

Por Gus Marto y Sabrina Gosp

Sandra Mihanovich hizo famosa a “Puerto Pollensa"

Un tema no sólo puede trascender al artista sino a todo un movimiento, y eso es lo que ocurrió con “Puerto Pollensa”, un himno lésbico argentino que marcó a toda una generación, y que tanto las disidencias, como las identidades políticas y culturales, adoptaron como propio. 

Todavía en dictadura argentina, Marilina Ross compartió con amigas en una reunión, una canción de amor que había escrito para una persona muy especial y había grabado de manera casera en un cassette. Cuando Sandra Mihanovich (la hija de la periodista argentina Mónica Cahen D'Anvers, a quien Marilina conoció cantando en un bar de Buenos Aires), una de las presentes, la escuchó, quedó fascinada y le pidió a su amiga que le permitiera grabarla.

Al comienzo, Ross no se mostró cómoda con la idea, ya que según ella la había escrito como regalo para alguien y no tenía intención de que esa historia se conociera. Pero Sandra insistió y finalmente consiguió que la compositora le concediera los derechos y “Puerto Pollensa” acabó dando título al cuarto álbum de Mihanovich, editado en agosto de 1982. 

Durante la última dictadura cívico militar, la también actriz Marilina Ross, debió exiliarse de 1976 a 1983, ya que formaba parte de las llamadas “listas negras” de los genocidas, debido a su conocida militancia peronista. En Mallorca, durante su exilio, fue que se enamoró y escribió el tema.

En épocas de represión, no se podía vivir libremente un amor como el que narra “Puerto Pollensa”, por la moral de una sociedad que no lo permitía y que hoy, más allá de sus avances, y a más de 10 años de haberse aprobado la ley de Matrimonio Igualitario, sigue teniendo manifestaciones lesboodiantes, homofóbicas y transfóbicas.

Una de las particularidades de la canción, es que su relato no explicita géneros y se puede dividir en tres partes: un comienzo en primera  persona, expresando un sentimiento prohibido: “Me nació este amor/ Sin que me diera cuenta yo/ Tal vez el miedo no dejó que apareciera”, escribió la autora en el primer verso. Una segunda parte, que cambia el pronombre y traslada las mismas sensaciones a la otra persona; y una tercera, que habla de un nosotros, en clave incógnita, pero que deja entrever un amor descarado: “Alucinando al gordito de gafas/ Que fue corriendo a cambiarse los lentes”. Toda una metáfora para describir algo que, en aquellos días, estaba por fuera de la norma.

Sandra Mihanovich, el recital del año

Sandra Mihanovich era una de las artistas más populares de la escena local argentina aquel entonces, en parte gracias a la medida que el gobierno de facto tomó durante la guerra de Malvinas, de prohibir toda música cantada en idioma inglés en las radios. Esto dio gran impulso a artistas nacionales, que gozaban del cien por ciento del espacio radial y tenían la posibilidad de llegar a audiencias mucho mayores de las que habían llegado hasta ese momento.

Tal fue el éxito alcanzado por Mihanovich durante este período, que posteriormente al lanzamiento del disco, en octubre de 1982, consiguió llenar el estadio de Obras Sanitarias (Buenos Aires), siendo la primera mujer que se presentaba allí, y agotando dos shows. Fue, sin dudas, su consagración como cantante, y  “Puerto Pollensa” se convirtió en uno de los hits más grandes de su carrera.

Alentada por la repercusión del tema en la voz de Sandra, la propia Marilina dejó de lado sus miedos y grabó su propia versión para su álbum Soles (1982). No es un dato menor el hecho de que Ross le haya permitido a su amiga grabar “Puerto Pollensa”, pero firmando con su nombre real, María Celina Parrondo, en lugar de su nombre artístico por el cual era conocida.

Aunque en ningún momento la canción hace referencia a una historia de amor entre dos mujeres, lo implícito de su relato la convirtió en un emblema de representación para el colectivo LGBTQ+ de comienzos de los años ochenta, que ya en los últimos años de dictadura y en los comienzos de una recién nacida democracia, comenzaba a organizarse desde el activismo político. “Puerto Pollensa sirvió para que las mujeres se amen más”, aseguró orgullosa más adelante en una entrevista Sandra Mihanovich.

Con este tema, se visibilizaron historias de amor disidentes, y aunque tanto Mihanovich como Marilina Ross reconocen no haber tenido directamente la intención de convertirse en abanderadas de ninguna causa, eran conscientes de los tabúes que derribaban al animarse a cantar “Puerto Pollensa”

Con el correr de la década, Sandra continuaría derribando tabúes con otras canciones fundamentales de la cultura argentina como “Soy Lo Que Soy” (1984), himno LGBTQ+ por antonomasia; hasta su etapa junto a Celeste Carballo, con hits como “Te Quiero” (1988) y  “Mujer Contra Mujer” (1990), con la que desafiaron todos los cánones conservadores de la época.

Marilina Ross y Sandra Mihanovich aún conservan su amistad y en 2021 brindaron un concierto juntas en el Hipódromo de San Isidro

Por su parte, Marilina, quien hoy se encuentra felizmente casada con Patricia Rincci (a quien conoció online jugando al Scrabble), pasó muchos años sin reconocer que “Puerto Pollensa” era sobre un amor lésbico autobiográfico, y aunque finalmente lo confirmó años más tarde, sigue sin revelar algunos misterios sobre la letra: ¿Quién fue ese amor a quien le dedicó el tema?, y si efectivamente, existió “el gordito de gafas”.

Sandra Mihanovich jamás había ido a Puerto Pollensa (España), recién en 2014 viajaron junto a Ross y sus respectivas parejas (Sandra con María Paz Novaro, la empresaria gastronómica con quien se casó en 2016), y pudo finalmente conocer la famosa playa de la cual habla la canción: “Tengo que conocer, pero tengo que ir con vos”, le dijo Mihanovich a Marilina Ross, y fue así como planificaron el viaje, fueron a la playa y sentadas en la arena, vieron juntas salir el sol en los amaneceres de la localidad de Mallorca.

“Puerto Pollensa” logró convertirse, con el paso del tiempo, en un símbolo contra la discriminación en épocas de censura, y continúa siendo un himno de declaración de libertad. Más allá de los derechos conquistados y avances en la sociedad, queda un largo camino por recorrer.  

El 7 de marzo, se conmemora en Argentina el Día de la Visibilidad Lésbica, a causa del crimen de Natalia “La Pepa” Gaitán, asesinada en Córdoba en 2010 por ser lesbiana, pero sobre todo por ser visible. Una de las banderas de esta lucha es la visibilidad. En una sociedad profundamente misógina, que dos mujeres se amen y sean felices, sin la necesidad de un varón, continúa siendo un sacrilegio.

Sara Fernández

Periodista e investigadora cultural

https://www.instagram.com/sarolaok/
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