Lemonade, el refresco de Beyoncé que sigue quitando la sed
Infidelidad, racismo, feminismo y marketing son los ingredientes que mantienen con vida el disco de Queen B tras cinco años de su lanzamiento.
Por Lucho Darío
Lemonade afirmó a Beyoncé como la heredera de un linaje de relaciones heterosexuales rotas, abuso de poder y desconfianza. Con su sexto álbum mostró el impacto histórico de la esclavitud en el amor, en las familias afroamericanas y “cómo los hombres y las mujeres negras estamos prácticamente socializados para no estar juntos”, explicó Melina Matsoukas, directora del video de “Formation”, en una entrevista a Vogue.
Aparte del camino de introspección y las referencias que sugerían en su momento problemas maritales con “Big Homie” (Jay-Z), la texana armó y recorrió un camino poético soportada en los escritos de la keniana Warsan Shire, reconocida como uno de los talentos jóvenes más destacados de la poesía actual británica, haciéndola de hilo conductor en los interludios entre canciones.
Además, su carta de presentación fue un videoclip en el que expuso la visible problemática racial con referencias directas a la condición de los negros en Estados Unidos y un discurso solidificado que mostró a algunas madres del movimiento Black Lives Matter sujetando retratos de sus hijos asesinados por la policía; anexo a un discurso del activista Malcolm X que señala la dificultad de ser una mujer negra en América.
Los doce temas del disco nos sumergieron lírica e instrumentalmente en un proceso de duelo y sanación poco común en el mainstream pop. Con colaboraciones imponentes como Jack White, Kendrick Lamar, The Weeknd y James Blake, entre otros, Beyoncé permitió que sus emociones fluyeran para darle voz al dolor producto de la infidelidad, convirtiéndola en la herramienta principal para la creación de Lemonade. “Usábamos la música como si fuésemos a una terapia psicológica, pero la que ella estaba haciendo dio un paso más allá y fue más lejos. Así que su álbum salió en oposición al disco colaborativo en el que estábamos trabajando", comentó Jay- Z a The New York Times.
Lemonade también fue la respuesta a una industria musical criticada por la hegemonía e injusticia del streaming. La pieza fue lanzada únicamente en Tidal, la plataforma de reproducción de audio y video de alta definición con una editorial selecta y propiedad (irónicamente) de Jay-Z. Adicionalmente estrenó una película homónima exclusiva para HBO, mostrando a la ex Destiny 's Child en escenas de furia, fantasía y muerte. Tras ser desbloqueado y entregado a otros servicios tres años después, acompañado por el demo de “Sorry”, el álbum se convirtió en un estandarte inmortal del marketing.
Así es como Lemonade significó una propuesta musical en todos los sentidos. Visibilizó el feminismo, las problemáticas de género y de fidelidad, redefiniendo el matrimonio como institución (teniendo en cuenta que su disco anterior celebraba esta unión). Además, sirvió como una obra para revitalizar el hip hop, convirtiéndo el enojo en arte sin perder los estribos y superando los niveles de producción establecidos por el mismo género. Asimismo, creó un universo visual que trascendió a espacios sociopolíticos y antropológicos. Incluso se desarrolló como un espacio de protesta dentro de la misma industria, siendo el adalid de un servicio que ofrece el porcentaje más alto de las regalías a los artistas y compositores.
Por eso, tras cinco años de su lanzamiento, la limonada que preparó Beyoncé sigue tan refrescante como en aquel 2016.