Kesha: de promesa pop a presa de la industria

La cantante estadounidense cumplió 35 años y repasamos su historia llena de éxito que desembocó en un triste presente.

Por Sara Fernández

Kesha cumplió 35 años

Kesha Rose Sebert, conocida mundialmente como Kesha, dejó la secundaria a los 17 años en Nashville, Tennessee, para mudarse a Los Ángeles convencida por los productores musicales Dr. Luke y Max Martin. De a poco, la prometedora cantante fue realizando trabajos que la ayudarían a hacerse un lugar en la industria, como por ejemplo hacerle los coros a Paris Hilton en la canción “Nothing In This World” (2006) y luego para Britney Spears en “Lace and Leather” (2008). También apareció en el videoclip del tema más famoso de Katy Perry: “I Kissed a Girl”. 

En 2009 Kesha colaboró en el singleRight Round", de Flo Rida, pero sin aparecer en su video, ya que quería concentrar toda la atención en el lanzamiento de su primer disco. De todas formas, también hizo una aparición en el tema “Girls”, del rapero cubano Pitbull

El primero de enero del 2010 salió a la luz su primer álbum Animal, el cual tuvo diversas críticas, pero poseía temas que no paraban de sonar en las radios como “TiK ToK”, “Your Love Is My Drug”, “Blah Blah Blah” y “Take It Off”. El mismo vendió un millón de copias en todo el mundo y las canciones acumulaban ocho millones de descargas

En medio de su explosiva fama, Kesha realizó un concierto benéfico para las víctimas de las inundaciones de Nashville y donó comida para perros a un refugio de animales abandonados, y además teloneó a Rihanna. El éxito fue tal, que antes de que terminara el año lanzó el EP Cannibal, con nuevos temas como “We R Who We R” y “Blow”.

Con todo ese material, la artista tuvo su primera gira mundial en donde recorrió Europa, Australia y Norteamérica. Además co- escribió el hitazo de Britney Spears: “Till the World Ends”, canción que luego figuró como invitada para cantar junto a Nicki Minaj

Warrior (2012), su segundo disco, se inclinó más hacia un estilo rockero sin dejar de ser pop en el que se destacan “Die Young”, “Crazy Kids” y “Dirty Love (feat. Iggy Pop)”, temas que permitieron que Kesha siga siendo parte de las listas radiales. En paralelo, la cantante lanzó su biografía ilustrada “My Crazy Beautiful Life” y luego una serie documental del mismo nombre que se transmitió por MTV

Una nueva gira llevó a Kesha a fortalecer su vínculo profesional con Pitbull, con quien lanzó “Timber”, una de las canciones más escuchadas de ambos. Entre conciertos, la compositora comenzó a trabajar en su tercer álbum, pero todo se vio interrumpido por la noticia de su ingreso a un centro de rehabilitación en Lemont (Illinois), por un desorden alimenticio

Las especulaciones sobre esta situación se dieron desde el lanzamiento del videoclip de  “Timber”, en donde se la vio a Kesha más delgada de lo habitual y no de manera saludable. Pero el rumor más fuerte fue que su productor, Dr. Luke, era el que se había quejado de su peso últimamente

En 2014 Kesha demandó a Dr. Luke por presunto abuso sexual, violencia, abuso emocional

En octubre de 2014 la artista demandó a Luke por presunto abuso sexual, violencia, abuso emocional y violación de las prácticas de negocios de California durante sus años de trabajo en conjunto. En sus testimonios Kesha asegura que el productor en una oportunidad la drogó en una fiesta, abusó de ella y al otro día se despertó en un hotel desnuda, dolorida y llamó a su madre, como testigo clave de esa situación. En su momento, la cantante no quiso contar nada por miedo, pero luego el silencio desató un trastorno alimenticio

Lukasz Sebastián Gottwald (el nombre real del productor) le realizó una contrademanda a Kesha por difamación, acusándola a ella y a su madre de usar las denuncias de abusos con el fin de romper su contrato. Después de una batalla legal de casi dos años, la compositora perdió el juicio, estableciéndose que debía cumplir su contrato con Kemosabe Records (el sello de Sony Music donde Dr. Luke se desempeñó como CEO desde 2012), lo cual hizo que ella retire la demanda de abuso sexual, alegando que toda esa lucha estaba afectando su salud mental.

En 2017 Kesha finalmente lanzó su tercer disco llamado Rainbow, en el cual en su primer tema “Bastards” se desquita de lo vivido: “Sé que la gente va a hablar mierda/ Y cariño, eso está bien/ Pero no romperán mi espíritu, no los dejaré ganar”. Mientras que en “Woman (feat. The Dap-Kings Horns)” se empodera: “Todo lo que tengo, lo compré/ Los chicos no pueden comprar mi amor”.

El video y la canción “Praying” probablemente sean lo más emocional del álbum: “Puedo hacerlo por mi cuenta/ Y no te necesito, encontré una fuerza que nunca conocí”. También se destacan temas como “Learn To Let Go”, “Rainbow”, “Boogie Feet” y “Old Flames (Can't Hold A Candle To You), feat. Dolly Parton”. A finales de ese año, la artista interpretó la canción principal de la película musical The Greatest Showman: “This Is Me”.

En 2020 Kesha presentó High Road, su cuarto disco, antes del confinamiento mundial y fue como un revival de sus inicios. Así lo demuestran temas como “Tonight” y “My Own Dance”, donde en su letras se burla más de los que la criticaron en el pasado que de su libertad de ser ella misma: “No les debo nada, tal vez les debo todo/ Agradecida por los amantes e incluso los enemigos/ Siento que no soy nada/ Algunos días, soy todo”. También se destacan las canciones “Raising Hell (ft. Big Freedia)”, “High Road”, “Honey”, “Birthday Suit”, “Kinky” y “BFF (feat. Wrabel)”.  

Musicalmente la cantautora sigue atada a Kemosabe Records y recientemente se develó que no recibirá compensación económica por la batalla legal con Dr. Luke, ni siquiera aunque gane el juicio. De todas formas, Kesha sigue positiva con su futuro y lo transmite en redes sociales. 

El año pasado, la artista realizó colaboraciones musicales con el DJ holandés Sam Feldt en “Stronger, con el cantante country Walker Hayes en “Fancy Likey “Drop Dead”, con Grandson. Por el momento no hay noticias de nuevo material, pero si algo es seguro es que hoy más que nunca está presente el movimiento #FreeKesha. Sus fans levantan pancartas con esa frase frente a las oficinas de Sony Music en Los Ángeles, ya que Luke aún controla todos los lanzamientos de la artista y la meta es liberarla del contrato para que pueda tomar sus propias decisiones musicales. 

Frente a toda esta historia, Kesha cumplió 35 años y a pesar de todo sigue mostrando su fortaleza frente a las adversidades y continúa fiel a su compromiso con la música, dentro de sus posibilidades. No cabe duda que en cuanto se libere legalmente o cuando se cumpla el plazo de su contrato, todos estarán listos para festejarlo, esperemos que sea pronto. 

Sara Fernández

Periodista e investigadora cultural

https://www.instagram.com/sarolaok/
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