Pop Generation

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Karen Carpenter: Crónica de la desaparición de una voz maravillosa

Después de 40 años, la partida de la artista estadounidense sigue estremeciendo y plantea un enorme mensaje sobre los cuidados de la salud mental.

Por Paola Varela

Divertida, enérgica y con una personalidad que no era muy común en las mujeres de su tiempo, Karen Anne Carpenter (conocida simplemente como Karen Carpenter) no tardó en resaltar gracias a su capacidad para tocar la batería y una voz excepcional que podía reconocerse con sólo escucharla. Siempre fue de la mano de su hermano Richard, compositor y artífice de aquellos arreglos musicales innovadores que captaron la atención del público

En una época en la cual el rock and roll desafiaba lo socialmente establecido, Karen y Richard combinaron sus talentos para crear canciones melódicas muy efectivas a la hora de conseguir los puestos más altos en los rankings. Los Carpenters encontraron la fórmula para imponer su pop suave en un momento de la industria en el cual todo se movía rápido y con mucho ruido. 

El carisma de los hermanos empezó a verse a finales de la década del 60 sobre escenarios locales de California. Tocaban en algunos clubes de Hollywood y en concursos como “The Battle of the Bands”, en el cual participaron y ganaron. Pero la fama los encontró cuando la interpretación del tema “(They Long To Be) Close To You” alcanzó el primer lugar de la lista Billboard Hot 100 de Estados Unidos en 1970. 

La carrera profesional de los Carpenters no sólo era un fenómeno en constante ascenso, sino que se caracterizaba por tener un fuerte sentido de la unidad familiar. Harold Bertram Carpenter y Agnese Reuwer Tatum, su padres, estuvieron presentes en todo el proceso; la imagen de un clan perfecto y prestigioso se impuso junto con el éxito y el reconocimiento musical. 

Nada podía estar fuera de lugar, cada nota y arreglo estaban pensados a la medida de la voz de Karen y de las melodías compuestas por Richard. Esa meticulosidad hacía que el sonido de sus shows en vivo fuera casi idéntico a lo que se podía escuchar en el tocadiscos de casa. La imagen de los hermanos también debía mostrarse con el mismo rigor en cada entrevista o exposición al público que hacían

Aquella apariencia de familia ejemplar les valió la invitación del presidente republicano Richard Nixon en 1972 para cantar en la Casa Blanca. Uno a uno los pasos de los Carpenters se acomodaron dentro de los márgenes conservadores y aquella estirpe correcta no permitiría que ninguna enfermedad tuviera lugar de discusión, ni aceptación

El dúo se convirtió en una máquina de lanzar éxitos, después de “(They Long To Be) Close To You”, lograron el puesto número 1 de la lista de Billboard con las cancionesTop Of The World” (1972) y “Please Mr. Postman” (1975). Compusieron, además, temas muy famosos como: “We've Only Just Begun” (1970), “For All We Know”, “Rainy Days And Mondays” y “Superstar” (1971), “Hurting Each Other” y “Goodbye To Love” (1972), “Sing” y “Yesterday Once More” (1973), y “Only Yesterday” (1975).

Los Carpenters lograron tener una gran popularidad, que los llevó a ganar tres premios Grammy y a realizar una de las giras más exitosas que un artista occidental pudiera hacer en Japón. En 1975 los lectores de la revista Playboy consideraron a Karen la mejor baterista del año, superando (entre otros) a John Bonham, de Led Zeppelin

La imagen de esta vocalista, que dejó de esconderse detrás de su instrumento, empezó a hacerse fuerte dentro de los escenarios. Richard, acostumbrado a recibir siempre la atención de sus padres orgullosos, encontró la manera de afrontar su frustración a través de la adicción al “Quaaludes”, una droga que lo ayudaba a dormir.

Durante una de las internaciones de su hermano para desintoxicarse, la intérprete decidió aventurarse a grabar su propio álbum solista. El proyecto la mostraba alejada de esa imagen conservadora y correcta que siempre tuvo. Las letras de las canciones eran sexualmente explícitas y sonaban altas, con los ritmos de la música disco

Richard afirmó que el tono utilizado para grabar los temas no era el adecuado para Karen y los ejecutivos de A&M -la compañía discográfica que los acompañaba desde el inicio- rechazaron el trabajo y criticaron el resultado final; estas devoluciones destruyeron la ilusión de independencia de la cantante. El LP titulado Karen Carpenter fue lanzado post mortem en 1996

Con el tiempo, el brillo de la joven se contrastaba con una figura cada vez más delgada y debilitada. Sufría de un desorden alimenticio profundo y la constante negación de su familia no hizo más que empeorar su salud mental; la voz más exitosa y escuchada del momento debía transitar en silencio un padecimiento del que poco se conocía hasta entonces.  

A las constantes dietas e ingesta de pastillas laxantes y jarabe de ipecacuana (inductivo al vómito), a Karen se le sumó el matrimonio frustrado con Tom Burris, un empresario inmobiliario de 49 años. Ella se había enterado de que su prometido se había hecho una vasectomía y quiso suspender el casamiento, pero su madre le dijo que no era conveniente hacerlo por la repercusión negativa que tendría en su carrera.

La artista estaba a punto de firmar su divorcio cuando murió de anorexia nerviosa el 4 de febrero de 1983, tenía 32 años. Dentro de su cuerpo débil y enfermo, tirado en una habitación de la casa de sus padres, se apagó una de las voces más dulces y escuchadas del pop durante la década del 70, tal vez por no haber podido expresar el dolor que la estaba consumiendo.  

La tragedia de esta figura internacional abrió el debate social sobre este desorden alimenticio que, hasta ese momento, sólo se entendía como una simple dolencia que podía solucionarse “comiendo más”. Nadie tenía en cuenta que detrás de semejante delgadez se ocultaba una enfermedad mental que produce una pérdida inducida de peso, a causa de una distorsión de la imagen corporal. 

Recientemente se estrenó en Estados Unidos el documental “Karen Carpenter: Starving for Perfection”, que celebra la vida y la música de la cantante y detalla su muerte prematura. Hay distintos testimonios de quienes la conocieron de cerca, como Olivia Newton-John, Cynthia Gibb, Suzanne Somers, Kristin Chenoweth, Carnie Wilson, Bob James y Carol Burnett, entre otros. 

Por el momento, el film está siendo proyectado en distintos festivales norteamericanos, pero seguro comenzará a llegar a más países, o por qué no formar parte de la gran oferta de las grandes plataformas de hoy en día. Sólo queda esperar a verlo, para tener una visión más profunda sobre la historia de lo que fue Karen y de lo podría haber sido sin la presión familiar y los mandatos de la industria.