“Titanic”: después de 25 años se reestrenará en los cines
La película más exitosa del siglo XX, dirigida por James Cameron, podrá verse en 4K y en 3D el 10 de febrero.
Por Sara Fernández
La historia del hundimiento del Titanic en 1912 derivó en incontables registros sobre lo sucedido a lo largo de los años. A finales de los ochentas, el canadiense James Cameron (conocido por sus proyectos como director y guionista de films como “The Terminator”, 1984), estaba obsesionado por la historia del transatlántico británico y al reunirse con Robert Ballard (oceanógrafo y descubridor de los restos del Titanic) su interés por realizar una película sobre el tema fue en ascenso.
Lo primero que hizo Cameron fue buscar fondos económicos en Hollywood para realizar una investigación y ver la viabilidad del proyecto, esto requería una expedición al lugar donde reposaba el barco (a 3821 metros de profundidad en el océano Atlántico norte). El resultado fue sumergirse con especialistas hacia los restos del Titanic en el fondo del mar, lo hicieron 12 de veces con una cámara especial que sólo grababa 12 minutos, tardando 16 horas en cada oportunidad.
“Fue una experiencia sorprendente, lloré y me impactó”, confesó el cineasta en el “Behind the scenes” del film. De esta forma, muchas de las imágenes fantasmagóricas que recolectaron del barco nunca se habían visto y le daban una vuelta de tuerca más a la historia por contar. Luego, James escribió un boceto del guion para presentarlo a los ejecutivos del estudio 20th Century Fox, quienes a pesar de que respondieron positivamente a la idea, no estaban seguros de si sería un éxito posterior en los cines.
El estudio minucioso del director sobre el Titanic continuó y se metió de lleno en los personajes y pasajeros históricos, para poder realizar un guion más fiel a lo real y así honrar a todos los fallecidos en la catástrofe. Entre ellos, se encontraba la estadounidense Margaret Brown, quien era conocida como “la nueva millonaria”, ya que su marido James descubrió oro en una mina. Aparte de sobrevivir a la tragedia, “Molly” logró con el apoyo de otras mujeres vaciar un bote para que rescaten personas en el agua.
El empresario e ingeniero naval británico Thomas Andrews, quien diseñó el barco y falleció en el Titanic. Hasta el día de hoy no se sabe cómo murió exactamente.
El capitán británico Edward John Smith, quien realizaba su último viaje antes de retirarse a sus 62 años. Hubo testimonios de quienes aseguraron verlo cerca de uno de los botes salvavidas que se volcaron, lo cual indica que probablemente se haya congelado en el agua helada esperando rescate.
Los pasajeros que pudieron ser tomados como personajes siguieron apareciendo y la lista se fue haciendo más interesante para la película: el empresario británico Joseph Bruce Ismay (quien decidió salvarse primero antes que a más mujeres y niños), los empresarios estadounidenses John Jacob Astor IV (falleció aplastado cuando una de las chimeneas del barco se derrumbó) y Benjamin Guggenheim (decidió morir como “caballero” cambiando el chaleco salvavidas por un frac. Su cuerpo nunca fue encontrado).
El escritor, historiador, aficionado e inversor de bienes raíces estadounidense Archibald Gracie IV (sobrevivió gracias a un bote salvavidas), el violinista Wallace Hartley (no sobrevivió al naufragio, pero su cuerpo se recuperó), el primer oficial William McMaster Murdoch (las versiones de su muerte son varias: suicidio, ahogamiento o congelamiento, nunca pudo confirmarse), el segundo oficial Charles Lightoller (sobreviviente), el jefe de oficiales Henry Wilde (falleció intentando salvar los botes que quedaban), el quinto oficial Harold Lowe (sobreviviente), el sexto oficial James Moody (murió congelado) y el oficial de marina Robert Hichens (sobreviviente que se negó a regresar para rescatar a las personas del agua).
Con todo este material, James Cameron tenía la mayoría del film solucionado, pero le faltaban los protagonistas. Durante las audiciones pasaron actores como Matthew McConaughey, Gwyneth Paltrow, Chris O'Donnell y Claire Danes.
Ninguno al final quedó o aceptó y allí apareció Leonardo Di Caprio de 22 años, pero el rol de “Jack Dawson” le parecía aburrido y quería sumarle algún tipo de discapacidad para que le generara más entusiasmo. Por supuesto, el guionista declinó su deseo y obligó a que Di Caprio lea el libreto al pie de la letra, si no buscaría otro actor que lo hiciera. Finalmente, Leonardo aceptó hacerlo.
El papel de “Rose DeWitt Bukater” fue más difícil de conseguir para Cameron y gracias a la insistencia de la prometedora actriz inglesa Kate Winslet (también de 22 años), que aún no había tenido un protagónico en cine, al cineasta no le quedó más opción que confiar y arriesgarse: “Había luminosidad en su cara y en sus ojos. Sabía que la gente la seguiría hasta el final”, expresó en ese momento James.
Winslet tuvo que bajar de peso, de 84 kilos a 54 para personificar a Rose. Además, tuvo que practicar su inglés para “perfeccionarlo”, ya que el período histórico lo requería según su propia noción.
Con todo el arsenal de actores a bordo, la aventura del director de 42 años había comenzado. “Hasta las alfombras fueron tejidas por la misma compañía que tejió las del Titanic en 1912”, contó entusiasmado Ken Marschall, uno de los historiadores del barco que presenció el despliegue de la filmación. “Compramos vestuario de la época para hacerlo todo perfecto”, agregó Deborah Scott, la diseñadora de vestuario.
“Toda la loza fue copiada del Titanic. Los cubiertos están sellados”, profundizó el actor Jonathan Hyde, quien interpretó a Ismay. “Estamos construyendo esto como en el verdadero barco, no como un set”, enfatizó Martin Laing, el director de arte.
La trama finalmente se develó: Jack, un joven artista, gana en una partida de cartas un pasaje para viajar a América en el Titanic, el transatlántico más grande y seguro jamás construido.
A bordo conoce a Rose, una joven de una buena familia venida a menos que va a contraer un matrimonio de conveniencia con Cal Hockley (Billy Zane), un millonario engreído a quien sólo interesa el prestigioso apellido de su prometida.
Jack y Rose se enamoran, pero el prometido y la madre de ella (Frances Fisher) ponen todo tipo de trabas a su relación. Mientras, el gigantesco y lujoso barco se aproxima hacia un inmenso iceberg.
En los primeros días de filmación, todos se veían emocionados y entusiasmados de formar parte de este proyecto. “Le tengo consideración. Es su primer protagónico y lejos de casa”, se mostró empático Leo Di Caprio con Kate.
La realidad es que no se notaba en la actriz que era su primer papel importante en pantalla grande, ya que desde el momento en que aparece su mano cubierta con un guante hasta la dramática escena de intento de suicidio, cada detalle lo llevó con profundo profesionalismo.
Por su lado, Di Caprio logró transmitir el espíritu aventurero de un joven que no tiene nada que perder y que más allá de la clase social, sabe enaltecerse con educación y sabiduría.
El personaje de Hockley es asquerosamente perfecto y Zane demuestra con sus expresiones verbales y corporales que tener dinero no te hace buena persona. Al mismo tiempo, Ruth DeWitt Bukater (la madre de Rose) se complementa a la perfección con Cal, ya que ambos son falsos y materialistas.
Cabe destacar que quien narra la historia en la película es la “vieja” Rose, interpretada brillantemente por la actriz Gloria Stuart. Lo hace al ver un reportaje en la televisión a Brock Lovett (Bill Paxton), un cazador de tesoros que busca el collar de diamantes “Corazón del Mar” entre los restos del Titanic.
Claro que el film no sería lo mismo sin sus actores secundarios, como Fabrizio De Rossi (Danny Nucci), el simpático mejor amigo de Jack; Spicer Lovejoy (David Warner), el odiable guardaespaldas de Cal Hockley; y Tommy Ryan (Jason Barry), un valiente pasajero de tercera clase de nacionalidad irlandesa que se hace amigo de Jack y Fabrizio.
“Titanic” tiene muchas escenas memorables. Una de ellas es la fiesta en tercera clase: “Es una celebración a la vida. Creo que así es como era esta gente en verdad, porque iban a buscar una buena vida. Habían tomado la decisión de dejar amigos y familia, todo lo que conocían, para ir a un nuevo lugar. Eso hace que la idea de morir, o de un desastre inminente no pueda ser siquiera concebida. Si no piensas en ese punto, nunca comprenderías lo que fue estar en ese barco”, reflexionó James Cameron.
La parte más dura de filmar la película sin dudas fue cuando el Titanic chocó contra el iceberg: “Sólo tenía que girar tres o cuatro metros y probablemente se hubiera salvado”, se apenó el guionista. Y luego su posterior inundación: “Muchos de los rodajes en el agua han sido muy difíciles, porque soy muy sensible a las bajas temperaturas”, contó Leo sobre cómo vivió esas escenas.
“Si calentábamos los tanques, habría habido vapor. Tuvimos que mantenerlos a una temperatura que los hiciera lucir visualmente correctos”, se excusó Cameron sobre la temperatura del agua. “Todos tenían trajes de buzo, pero yo no podía usar nada bajo la ropa por los diseños. El agua estaba tan fría, tenía el hacha en la mano derecha y mis pies no tocaban el fondo. El agua me llegaba al mentón y tenía que sujetarme de la tubería y avanzar. No puedo creer que lo hice”, dijo Kate Winslet.
“El agua cayó con una fuerza tan brutal, que provocó que la gran escalera se arrancara de sus bases. Fue representativo de lo que pensamos que sucedió en el barco mismo”, se asombró Jon Landau, el productor. “Literalmente la popa se levantó en el aire, a un ángulo de 45 grados”, continuó el cineasta.
“Estaban a 60 metros en el aire, sujetados por cables. Estaba totalmente vertical y de pronto veo a James en una grúa subiendo otros 30 metros con su cámara asomándose, observando toda la situación… Fue totalmente surrealista”, detalló Leonardo Di Caprio. “Hay teorías de cosas que suceden con tanta intensidad que crean un eco en el tiempo. El Titanic da esa sensación”, analizó el actor Paxton.
“La historia no podría haber sido escrita mejor... La yuxtaposición de los ricos y los pobres, los roles del género que duran hasta la muerte (las mujeres primero), el estoicismo y la nobleza de una época pasada, la magnificencia del gran barco igualado en escala por la locura de los hombres que con empeño lo condujeron a la oscuridad. Y encima de todo la lección de que la vida es incierta, el futuro es desconocido... lo impensable es posible”, desarrolló el director.
La musicalización del film es una de las más emocionantes que se ha escuchado hasta el momento, logra por igual transmitir el amor y la tragedia. Todo obra del estadounidense James Horner, quien ya había trabajado con James Cameron en la banda sonora de “Aliens, el regreso” (1986). El compositor y director de orquesta contó con la participación de la cantante canadiense Céline Dion y de la noruega Sissel.
Con una duración de más de cuatro horas, el álbum gozó de éxito comercial y crítico, vendiendo más de treinta millones de copias. Un segundo disco, “Back to Titanic”, se distribuyó en agosto de 1998, una semana antes del lanzamiento de la película en VHS.
Por su lado, “Titanic” recaudó más de 2 mil millones de dólares y ganó 11 Premios Óscar y cuatro Globos de Oro en 1998, incluyendo “Mejor Película”, “Mejor Director” y “Mejor Banda Sonora”, entre otros.
Después de 25 años, el film se estrenará en todos los cines del mundo el próximo 10 de febrero y estará en formato 4K y en 3D. Es una buena oportunidad para revivir esta historia y muchos podrán verla por primera vez en pantalla grande. Cameron habló de lo que sigue significando para él “Titanic”: “Se lo debíamos a las miles de almas perdidas esa noche de 1912. Hasta el día de hoy siento una responsabilidad por los vivos y los fallecidos. Lo hicimos bien”.